Ayer por la tarde la Agencia Federal de Aviación Civil AFAC emitió una declaratoria de saturación de pasajeros de los edificios terminales del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), lo que abre la puerta a que se establezca un nuevo límite en sus operaciones aéreas y envía la señal de que el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) será la alternativa para que las aerolíneas puedan canalizar su crecimiento.
Y es que el actual aeropuerto de la Ciudad de México ha mostrado un crecimiento importante en los últimos 15 meses, donde pasó de tener un nivel de servicio C para los pasajeros (bueno, de acuerdo con clasificación de la Asociación Internacional de transporte Aéreo, IATA) al nuevo estatus, sin mencionar que aún no recupera el nivel de tráfico que se manejaba previo a la pandemia por COVID-19.
El jueves 3 de marzo el Diario Oficial de la Federación (DOF) publicó la resolución que declara la saturación de las terminales 1 y 2 del principal aeropuerto del país y se instruyó a su coordinador de horarios para que “lleve a cabo la revisión y en su caso proponga la modificación” de las bases generales para la asignación de horarios de aterrizaje y despegue (slots) en aeropuertos en condiciones de saturación, publicadas el 29 de septiembre del 2017, las cuales establecieron un máximo de 61 operaciones por hora.
En el décimo considerando del documento que destaca el papel de la AFAC, como máxima autoridad aeroportuaria, se menciona que el 21 de marzo próximo entrará en operaciones el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
En dicho contexto, la agencia ordenó: “Gírese oficio al director general de Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam), a efecto que, lleve a cabo el análisis anual, revisión y, en su caso, la modificación del dictamen de capacidad operacional del AICM, a fin de que tome en cuenta, la nueva infraestructura aeroportuaria y composición de la flota de las aerolíneas, señaladas en la presente resolución”.
Este análisis que realizará el Seneam debe partir de información no menor a doce meses y, sobre todo, de la certeza de que la saturación de edificios terminales implica la disminución del nivel de servicio, lo que no se sujeta necesariamente a cambios en operaciones aéreas, por eso, será relevante analizar el incremento de espacios comerciales de los últimos meses.