Anaka es una gorila que habita en el Zoológico de Atlanta, Georgia, Estados Unidos, misma que nació con un problema de pigmentación que la hace parecer que tiene una mano humana.
Como ocurre en todos los gorilas, las mano de Anaka tienen pulgares opcionales y huellas dactilares únicas que los investigadores han llegado a utilizar para diferenciar unos gorilas de otros.
La mano de Anaka se ve tan humana que tiene uñas cortas en lugar de garras.
El comportamiento es muy similar al de los humanos, mucho más grande que en otros de su especie.
Los cuidadores del zoológico dicen que le “grita a su mamá y a los demás para que le den comida y jugo, y es común verla trepada en el lomo de sus hermanos jugando”.
Lo importante es que el ser humano comprenda que los gorilas están desapareciendo y si treinta años atrás existían 17 mil, hoy se cree que no se cuentan más de 9 mil.
Anaka ahora tiene 8 años de edad, y llama la atención entre los animales de este zoológico, por su peculiaridad.