Su nombre era Amor Haji, tenía 94 años, pero desde sus 34 decidió dejar de bañarse y aislarse de todo el mundo, convirtiéndose en ermitaño.

Así vivió solitario, durante 60 años, este hombre iraní, decía que prefería no bañarse para de ese modo, peotejerse de enfermedades, lo que le valió el mote del “Hombre más sucio del mundo.

Luego de todo ese tiempo, hace unos meses, los aldeanos, decidieron que era hora de que la limpieza regresará a ese cuerpo anciano y lo llevaron a un baño, para asearlo.

“Por primera vez hace unos meses, los aldeanos lo llevaron a un baño para lavarse”,

dijo un funcionario local a los medios estatales iraníes.

Más sabiduría tenía el señor Haji por la edad, que la ciencia de la limpieza, pues luego de haber sido limpiado, el ermitaño se enfermó y falleció.

Su felicidad radicaba en no poseer nada más que unos viejos trapos que cubrían su cuerpo y un extraño instrumento adaptado para utilizarse como pipa.

Pero además de ello (porque su estilo de vida incluía otras particularidades), Amou consideraba su alimento favorito la carne podrida de animales muertos, especialmente de puerco-espín.

Le gustaba también sentarse a admirar los valles de su natal Dejgah, un pequeño poblado al sur de Irán, donde sacaba su pipa y fumaba un poco de heces de animales, mientras observaba el horizonte.

Por cierto, las seis décadas que llevaba sin tomar una ducha le colocaban como el poseedor de este récord, superando por mucho a Kailash Singh, de la India, quien tenía treinta y nueve años sin recurrir a esta práctica.

En el reporte de la Agencia de Noticias de la República Islámico (IRNA) se dice que vecinos y amigos de Amou lo convencieron de tomar un baño, por primera vez en aproximadamente setenta años.

La información no precisa de qué manera el baño afectó a Amou, pero acaso afectó el pequeño ecosistema que se había formado luego de todos esos años sosteniendo su peculiar estilo de vida.

Si bien su fallecimiento es lamentable, cabe mencionar que Amou murió ostentando el récord de la persona con más años sin tomar una ducha.

Por último es necesario señalar que Amou Haji no era estrictamente el nombre de esta persona, sino que se trata de una suerte de apodo hipocorístico que en la cultura iraní se da a las personas mayores.

Por Staff

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