El consumo de estupefacientes, es una práctica que cualquiera podría imaginar cómo exclusivamente humana, pero científicos han descubierto que algunos animales también podrían tener problemas de adicciones.

expertos en el estudio del comportamiento animal han descubierto que ciertos animales encontraron el efecto químico relacionado con experiencias alucinógenas en plantas e insectos.

Aunque podría parecer algo divertido, algunos efectos psicotrópicos podrían causar daños mayores en poblaciones animales que son cercanas a este tipo de flora.

Desde hace mucho tiempo se creyó que los elefantes africanos se emborrachaban con la fruta en fermentación del árbol de marula.

Un documental de 1974 titulado Animals are Beautiful People retrató a estos monumentales mamíferos balanceándose y cayendo después de haber comido grandes cantidades de fruta fermentada.

Por otro lado, los jaguares de la selva amazónica a veces se apartan de sus hábitos carnívoros para roer la corteza de la alucinógena planta yagé (Banisteriopsis caapi).

Esta sustancia hace que actúen de manera extraña, similar a como se comportan los gatos después de haber probado la hierba gatera (catnip).

Los indios tukano también la usan en un brebaje narcótico que induce lo que ellos describen como “ojos de jaguar”. 

La raíz de caapi contiene una variedad de potentes IMAO (sustancias químicas como las que se encuentran en los antidepresivos), lo que aumenta los sentidos del animal y hace que se tropiece con lo que tiene a su paso.

Canguros en Tasmania han sido vistos cayendo y saltando en círculos bastante altos después de alimentarse en los campos de amapola locales.

En 2009, la entonces fiscal general del estado, Lara Giddings, dijo en una audiencia de estimaciones parlamentarias: “Tenemos un problema con los canguros que ingresan a los campos de amapolas, se elevan como una cometa y dan vueltas en círculos”.

Los renos del este de Europa buscan e incluso se pelean por el hongo alucinógeno y altamente tóxico llamado Amanita muscaria.

Según los observadores de renos, estos tienen el deseo de experimentar estados alterados de conciencia.

Los hongos de color rojo brillante son venenosos y pueden causar mareos en los humanos.

Se especula que por ello, para evitar efectos secundarios desagradables, los nativos siberianos se drogan al alimentar a los renos con los hongos y luego beber la orina de los animales.

No solo los seres humanos usan sustancias tóxicas por recreación, también los animales gustan de estás prácticas.

Por Staff

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