En el marco de la Solemnidad de la Epifanía del Señor, los personajes más importantes de la historia son los tres Reyes Magos, que viajaron desde Oriente para adorar al Niño Jesús, nacido en Belén.
Según la leyenda los sabios de Oriente siguieron la estrella de Belén para llegar hasta donde el Niño con la Virgen María y San José. Allí ofrecieron los dones del oro, el incienso y la mirra.
Aún que hay otros relatos que mencionan que eran más de tres astrólogos, los que buscaron llegar a adorar al niño. Entre ellos Artabán, que tuvo un atraso de 33 años, pues dedico su vida a ayudar a los demás, dedicando tiempo a ello, en lugar de dar prioridad a su viaje, pero esa es historia para otra nota.
Según la enciclopedia católica “hay certeza de que los Magos escucharon en sueños que no volviesen a Herodes y ‘volvieron a su país por otro camino’”.
Luego de su muerte, los restos de los Reyes Magos fueron llevados por Santa Elena, madre del emperador Constantino a Constantinopla.
En 1164 fueron llevados de Milán (Italia) a Colonia (Alemania), donde están actualmente.
El 18 de agosto de 2005, en el marco de su viaje por la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el Papa Benedicto XVI dijo en esa catedral alemana que “la ciudad de Colonia no sería lo que es sin los Reyes Magos, que tanto han influido en su historia, su cultura y su fe. En cierto sentido, la Iglesia celebra aquí todo el año la fiesta de la Epifanía”.
El Papa Emérito recordó que “en 1164, las reliquias de estos Sabios de Oriente saliendo de Milán y, escoltadas por el Arzobispo de Colonia Reinald von Dassel, atravesaron los Alpes hasta llegar a Colonia, donde fueron acogidas con grandes manifestaciones de júbilo”.
“En su peregrinación por Europa, esas reliquias han dejado huellas evidentes, que aún hoy permanecen en los nombres de lugares y en la devoción popular”, resaltó.
Años después, en 2014, el Papa Francisco nombró al entonces Arzobispo de Milán, Cardenal Angelo Scola, como su enviado especial para la conmemoración del 850 aniversario del traslado de las reliquias de los Reyes Magos de Milán a Colonia.
Entre 1190 y 1220 aproximadamente un grupo de artesanos trabajó en el imponente relicario que custodia hoy las reliquias de los Reyes Magos.
El relicario tiene 1.10 metros de ancho, 1.53 de alto, y 2.20 de largo. La estructura básica está hecha de madera, recubierta de oro y plata y decorada con filigranas, esmalte, y unas mil piedras preciosas.
Hay 74 figuras en bajorrelieve de plata dorada en total, sin contar las figuras adicionales, más pequeñas, en la decoración del fondo.
Otras imágenes que se pueden ver son la Adoración de los Magos, María entronizada con el Niño Jesús, el Bautismo de Cristo, y Cristo entronizado en el Juicio Final. En un extremo aparece también el busto de Mons. Dassel.
La actual Catedral de Colonia se comenzó a construir en 1248 y la obra tomó 632 años, convirtiéndose en la iglesia gótica más grande del norte de Europa.
En agosto de 2005, Benedicto XVI dijo que “los habitantes de Colonia fabricaron para las reliquias de los Reyes Magos el relicario más precioso de todo el mundo cristiano y, como si no bastara, levantaron sobre él un relicario mayor todavía: la catedral de Colonia”.