Con sentimientos a flor de piel y plasmanda en cada participación de su personaje esa fe que les permite sobrellevar el tiempo, cientos de personas privadas de la libertad de seis penales del estado realizaron la 180 representación de la Pasión de Cristo.
De Herodes a Pilatos primero, de los azotes a los golpes después y de la humillación al sufrimiento al ver a su madre llorar, quien caracterizó a Jesús, entregó el alma en cada uno de los pasajes en busca de aliviar su pena y la de quienes por alguna razón se encuentran privados de su libertad.
Ataviados con túnicas, mantos, turbantes, huaraches, uniformes, cascos y lanzas, que ellos mismos elaboraron, internas e internos de los penales “David Franco” de Morelia, la Piedad, Apatzingán, Lázaro Cárdenas y Uruapan, cuidaron cada detalle de ese personaje en el que trabajaron por más de dos meses.
Sin importar que los rayos del sol cayeran a plomo, cada interna e interno sacó lo mejor de sí durante su actuación en la vía dolorosa que dividida en 14 estaciones simboliza la Pasión de Cristo y para ellos la esperanza de algún día recuperar su libertad.