Desde Córdoba, tierra también de campo y memoria, nos duele ver caer a El Colotero de Álamo, ese gigante de concreto que por más de 20 años sostuvo en alto el orgullo citrícola de todo Veracruz.
Inaugurado en 2004 y con casi 18 metros de altura, esta escultura del maestro Miguel Vargas Martínez no solo representaba a un campesino cargando naranjas: era un homenaje vivo a quienes han hecho de Álamo la capital de la naranja.
No era solo un monumento: era un jornalero eterno, cargando naranjas como quien carga historia.
Su caída, provocada por daños acumulados y agravados por las lluvias e inundaciones pasadas de octubre, nos recuerda que también los símbolos necesitan cuidado… y que cuando caen, nos toca levantarlos con más fuerza
La buena noticia: la gobernadora Rocio Nahle ha anunciado que se reconstruirá con el mismo diseño del maestro Vargas. Porque la memoria no se rinde, y el campo veracruzano tampoco.
Desde Córdoba, abrazamos a Álamo. Porque cuando se cae un símbolo, se levanta la solidaridad.
🍊 El Colotero vive en cada cosecha, en cada historia de campo, en cada veracruzano que no se deja vencer.
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