<> at Harvard University on May 24, 2017 in Cambridge, Massachusetts.

Esta mañana a través de un comunicado se ha dado a conocer que el presidente y ahora exaspirante a la reelección por la presidencia de los Estados unidos de América, ha decidido dejar sus intenciones de participar en las elecciones del vecino país del norte.

 Y es que luego de que han transcurrido 24 días desde su participación en el debate que enfrentó a Joe Biden de 81 años de edad, contra Donald Trump, de 78 años, mismo que solo sepultó parte de su carrera política, al fin el aún presidente de Estados Unidos, decidió rendirse y dejar la contienda en la que no tenía oportunidad frente al republicano.

Por medio de un comunicado a través de su cuenta de X, el presidente Biden expresó “A mis compatriotas” … “En los últimos tres años y medio hemos hecho grandes progresos como nación”. A continuación, Biden presume de que la economía estadounidense es “la más fuerte del mundo”, que bajo su mandato se bajó el precio de los medicamentos y se aumentaron las prestaciones sanitarias, que se aprobó la primera ley para el control de armas en treinta años o que el Tribunal Supremo escogió a la primera afroamericana de la historia.

Sin embargo, ninguno de los logros que presume en su carta ha sido suficiente para que los suyos aflojaran la presión ejercida desde el debate para forzar una renuncia ante una previsible derrota en las urnas frente a Trump.

Este mensaje toma a muchos por sorpresa este domingo, pero al mismo tiempo, abre una etapa de incertidumbre de consecuencias imprevisibles para Estados Unidos poniendo fin a casi cuatro semanas de dudas sobre sus aptitudes físicas y mentales para continuar cuatro años más en la Casa Blanca, y de presiones in crescendo, en público y en privado, de donantes, estrategas, analistas, medios de comunicación, senadores, congresistas y de sus líderes en ambas Cámaras, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries, así como de figuras tutelares del Partido Demócrata como Nancy Pelosi o el expresidente Barack Obama.

En muchas de sus últimas apariciones se le vio errático, incluso fue víctima de múltiples lapsus, en los que parecía perderse en sus pensamientos, o sin capacidad para articular palabra alguna, durante el desarrollo del propio debate.

Posterior a ello, editoriales de diversos medios de la prensa pedían su renuncia, a la que se sumaron legisladores demócratas que se enlistaron rogando que considerara su dimisión, y que fue engordando en cantidad y en prominencia de sus abajo firmantes hasta superar la treintena. Este domingo, se sumó un último nombre de relieve: el del senador por Virginia Occidental Joe Manchin, que había renunciado al partido en mayo pero aún lo representaba en el Capitolio.

Finalmente, Biden, que pasó todo ese tiempo defendiendo su capacidad para desempeñar el cargo y vencer a Trump, pese a las evidencias en contra, cedió a las presiones, y tomando una decisión histórica, que asoma Estados Unidos a un territorio desconocido.

La incógnita más urgente parece resuelta: Kamala Harris será la escogida por el partido para sucederla en la papeleta de noviembre, aún no está claro acompañada por quién. Cuando Biden la escogió en las elecciones de 2020 como segunda de a bordo, lo hizo por el simbolismo de presentar a alguien que se convertiría en la primera mujer y en la primera persona negra y de ascendencia asiática en ocupar la vicepresidencia, pero también por su edad. Harris tiene 59 años, y Biden hizo campaña en aquellas elecciones presentándose como un mero “puente” a las nuevas generaciones.

Por Staff

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