Luego de más de medio siglo, los humanos están planeando regresar a nuestro satélite natural, la luna, pero ahora con boletos solo de ida.

En dos ocasiones el programa Artemis de la NASA ha intentado viajar al espacio, pero en ambas su lanzamiento ha sido suspendido, por diferentes motivos.

Sin embargo, el proyecto promueve una visión sostenible de personas viviendo en la superficie lunar y sus alrededores, lo que genera algunas ideas verdaderamente innovadoras sobre cómo podemos hacer que eso suceda.

Para ello, un grupo de investigadores imagina estructuras de invernadero inflables, que estarían conectadas entre sí para formar una “aldea”.

Además está estructura, tendría grandes espejos montados en la parte superior para proporcionar luz solar.

Pneumocell, una empresa austriaca que diseña estructuras inflables inspiradas en células biológicas, presentó recientemente la idea a la Plataforma de Innovación de Espacio Abierto de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Este proyecto, titulado como PneumoPlanet, incluye un diseño para un hábitat lunar, en dos regiones ubicadas en los polos norte y sur de la Luna.

“Estos sitios ofrecen condiciones de iluminación óptimas y se encuentran en las inmediaciones de las llamadas “PSR” (regiones en sombra Permanente), que tienen una alta probabilidad de contener hielo de agua cerca de la superficie”, escribió el equipo de investigadores detrás del proyecto. Las estructuras actuarían como invernaderos y áreas de hábitat.

Un requisito clave para construir un hábitat lunar, es que el material debe ser liviano, ya que será transportado de la Tierra a la Luna.

También debe ensamblarse fácilmente una vez que estos materiales lleguen a la superficie lunar y la estructura debe tener una esclusa hermética.

El PneumoPlanet sería transportado a la Luna como una estructura prefabricada, y luego inflado una vez que llegue allí.

Cuando estén completamente infladas, las estructuras deberán estar cubiertas por alrededor 5 metros de regolito lunar como una forma de aislamiento térmico entre las bajas temperaturas de la Luna y el interior del módulo, al igual que para proteger de la radiación cósmica. Afortunadamente, no hay escasez de polvo en la Luna.

Las estructuras en sí medirían alrededor de 22 metros de ancho y están diseñadas para conectarse entre sí a través de un sistema de túneles, donde se pueden unir más invernaderos a medida que crece el hábitat.

Los investigadores imaginan una aldea lunar con unos 16 módulos.

Encima de cada módulo habría una torre que sostiene un espejo liviano hecho de lámina recubierta de plata para iluminar el invernadero.

Los espejos giratorios seguirían al Sol a través del cielo, dirigiendo la luz del sol hacia un cráter artificial que refleja la luz a través de otro espejo en forma de cono, esparciéndola por el invernadero.

La idea es que los futuros habitantes lunares cultiven sus propios alimentos dentro de estas estructuras.

“El hábitat debería operar de manera autosuficiente a largo plazo al producir y reciclar su propio oxígeno y alimentos dentro de grandes invernaderos, y casi exclusivamente mediante el uso de energía de irradiación solar”, escribieron los investigadores.

Para probarlo, el equipo quiere construir un prototipo en la Tierra y ver qué tan bien funciona antes de llevar un montón de casas inflables en un viaje a la superficie lunar.

Con ello el futuro de la humanidad podría estar en nuestro cielo, y de forma literal, habrá quienes “anden en la luna”.

Por Staff

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