J. Luis Seefoó Luján
“Los vecinos del Santuario Guadalupano no queremos un manicomio tan cerca de nuestros hogares y negocios en el edificio del antiguo Centro de Salud. Sería un peligro en un lugar tan céntrico. Queremos los anexos del Santuario Guadalupano”.
Mi primera reacción frente a este panfleto que circula en torno al diferendo por los terrenos de la ex Casa de la Cultura y el Centro de Salud, fue recordar imágenes de San Miguel Canoa, 1968.
Sí, me dirán: “¡Exageras! ¿Qué relación hay entre un evento y otro? En 1968, allá en San Miguel Canoa el párroco Enrique Meza Pérez azuzó a la población local en contra de cinco trabajadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla que caminaban en una septembrina noche lluviosa camino a La Malinche. Ellos fueron linchados con palos y machetes por la gente al grito de fuera comunistas”. El saldo, cuatro muertos y tres heridos. En Zamora “es sólo un reclamo por usar el espacio del Centro como parte del Santuario”.
Bien, lo que veo es el uso (abuso) de la ignorancia. No es que el alto clero no sepa de qué trata la promoción de la salud mental; no es que ignore lo que ocurre en el país y en la región, pero actúa como si nada tuviera que ver y alienta a sus feligreses en contra de un proyecto de alta relevancia social como es el Centro de Salud Mental de Zamora. Sabe bien que no es un “manicomio”, conoce mejor que el público los problemas de depresión, ansiedad, alcoholismo, violencia intra familiar, duelo, soledad, insomnio, autismo, tendencias suicidas que aquejan a nuestra sociedad.
De sus actos Cristo Jesús no exclamaría: “Perdónalos Señor; no saben lo que hacen”.
La salud mental: prioridad mundial
La salud mental (SM) es un estado de bienestar donde las personas tienen en buena disposición las funciones cognitivas, emocionales y conductuales, una buena inclusión en su entorno sociocultural, además de ser conscientes de sus propias capacidades (intelectuales y emocionales), tienen independencia y habilidades para superar el estrés de la vida cotidiana, trabajar de forma productiva y aportar a su comunidad y realizarse de forma intelectual y emocional.
La SM es tan importante que desde 2013, la Organización Mundial de la Salud (OMS) organiza una campaña mundial por el Día Mundial de la Salud Mental. Este año 2022, la Federación Mundial de Salud Mental (WFMH) ha fijado como tema “Que la salud mental de todos sea una prioridad mundial”. Y todos los años se celebra el 10 de octubre para crear conciencia y para movilizarnos con el fin de apoyar a quienes están teniendo problemas de salud mental (OMS, Estrategia de Salud Mental y Bienestar, 2022).
Los problemas de salud mental, que ordinariamente no queremos ver, son de gran magnitud y de considerable gravedad. Se calcula que unos 1000 millones de personas presentan alguna alteración de salud mental, principalmente depresión, ansiedad, trastorno bipolar y esquizofrenia. Tales cifras aumentan por el Covid-19, la situación económica y las guerras que afectan la salud física y mental (Clínica del Cerebro y la Conducta, marzo 2022).
En el 2018 se reportó que en México 17% de la población presentaba al menos un trastorno mental y que 1 de cada 4 personas se verá afectada como mínimo una vez en su vida por algún trastorno de este tipo (ibid).
De entonces a ahora no se esperaría mejoría alguna porque prevalecen los mismos factores que propician los trastornos: cuestiones económicas (corrupción, pobreza, crisis mundial); sociales (narcotráfico, violencia generalizada, desigualdad); y la pandemia (confinamiento, desempleo, miedo a enfermarse). Todo ello repercute en la salud mental, como el confinamiento que afectó al 50% de la población mexicana durante el primer año de la pandemia.
Según la última Encuesta Nacional de Salud Mental (2018), se estima que 18% de las personas en edad productiva (15 a 64 años) y que viven en zonas urbanas sufre algún trastorno (ibid).
Centro de Salud Mental de Zamora no manicomio
El alto clero involucrado en los negocios inmobiliarios lo sabe y no le importa manipular a sus seguidores. Las más de 500 madres, esposas de Zamora-Jacona que en 2022 sufren el dolor por un familiar asesinado; las más de 250 zamorano-jaconenses que tienen un familiar desaparecido; las 12-14 que cada año viven el desgarrador golpe del suicidio de un ser querido, necesitan de una atención profesional.
Tales servicios en el campo privado son muy costosos. Las consultas de mil o más pesos más la medicina y algunas terapias no están al alcance de la mayoría de la población
Sin sustentar esa necesidad de psicólogos, médicos, trabadores sociales en el acompañamiento de cientos de familiares que viven el duelo (frustración y sentimiento de venganza) por la muerte violenta, cada día más adultos mayores acusan procesos de envejecimiento y la depresión severa observada en tristeza o vacío; desinterés por casi todas las cosas, incluyendo las que normalmente solía disfrutar; falta de energía o cansancio constantes; alteraciones del apetito y dificultad cognitiva (Instituto Nacional de las Mujeres, 2006)
¿El estigma clerical es un obstáculo a la atención de la salud mental?
Sí. La historia nacional está saturada de ejemplos de cómo la Iglesia conservadora usa, manipula a la población en contra de los propios intereses de la gente vulnerable. Desde luego, hay sacerdotes que practican la doctrina cristiana.
El panfleto que aludo al inicio de ese texto exuda discriminación contra la población que requiere de los servicios profesionales para orientarse en los más variados casos de ansiedad, depresión, Alzheimer, esquizofrenia, autismo, soledad, insomnio, anorexia, bulimia y otros trastornos.
De un modo más propio, un viejo documento de la Cámara de Diputados, sin proponérselo alude a esta acción zamorana: “Existe una creencia extendida en la sociedad de que no es posible tratar los trastornos mentales o de que las personas que los padecen son difíciles, poco inteligentes o incapaces de tomar decisiones.
Esta ignorancia y estigmatización puede dar lugar a malos tratos, rechazo y aislamiento, y pueden disuadir a las personas afectadas de recurrir a los servicios de salud apropiados” (Foro Consultivo, 20-12-2022).
Nada raro, nada fuera de lo ordinario que la alta clerecía invoque al amor lastimando a la gente que sí cree en esa religión.
El discurso del clero conservador criminaliza a las personas que atraviesan por un problema de salud mental y tal condición puede conducir al rechazo y trato violento.