Corría el segundo día del cuarto mes del año 2005, cuando todos los televisores, se encontraban encendidos y los espectadores estaban al pendiente, de la misma noticia que conmocionó al mundo entero, se trataba de los últimos momentos de la vida de Karol Józef Wojtyła, a quien desde 1978 conocíamos como Juan Pablo II.

Hace ya 18 años que Juan Pablo II partió a la casa del padre.

El Pontífice polaco que estuvo al frente de la Iglesia Católica por 26 años y 5 meses y es recordado como el “Papa peregrino”, fue un gran defensor de las familias y amado por los jóvenes.

Eran las 21 horas con 37 minutos (hora de Roma) del 2 de abril cuando San Juan Pablo II falleció, la noche previa al Domingo de la Divina Misericordia que él instituyó y de la que fue muy devoto.

Pocos minutos después, Mons. Leonardo Sandri, que entonces era el Sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, anunció la noticia a las miles de personas congregadas en la Plaza de San Pedro y al resto del mundo, que seguía las últimas horas del Pontífice a través de los medios de comunicación.

Desde aquella noche hasta el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto Pontífice, más de tres millones de peregrinos le rindieron homenaje haciendo largas filas, que podían durar 24 horas, para poder acceder a la Basílica de San Pedro.

El 28 de abril, Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras la muerte para iniciar la causa de canonización de Juan Pablo II. Esta la abrió oficialmente el Cardenal Camillo Ruini, vicario general para la Diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005.

Juan Pablo II fue beatificado por Benedicto XVI, el 1 de mayo de 2011 y canonizado por el Papa Francisco el 27 de abril del 2014, en una ceremonia en la que también fue proclamado santo San Juan XXIII.

San Juan Pablo II lideró el tercer pontificado más largo en los más de 2.000 años de historia de la Iglesia, y llevó a cabo 104 viajes apostólicos fuera de Italia y 146 dentro del país.

Además, impulsó las Jornadas Mundiales de la Juventud, en las que se reunió con millones de jóvenes de todo el mundo, e inauguró los Encuentros Mundiales de las Familias.

Murió de un colapso cardiocirculatorio

San Juan Pablo II, sufrió un “choque séptico con colapso cardiocirculatorio debido a una infección, ya detectada, de vías urinarias”. Así lo detalló un exhaustivo informe sobre su agonía y muerte realizado en el Vaticano.

Durante la última semana de vida recibió comida procesada a través de un tubo nasal. Los doctores señalaron que los problemas en la ingesta de alimentos y en la respiración del Papa de 84 años, eran consecuencia de la enfermedad de Parkinson.

Su funeral duplicó la población de Roma

A su funeral asistieron 75 jefes de Estado, incluyendo presidentes, príncipes, entre otras autoridades. La población de Roma se duplicó durante ese evento y los asistentes esperaron más de 24 horas para verlo en cuerpo presente.

Cuando la Plaza de San Pedro estuvo al tope de su capacidad, todo quedó completamente en silencio.

Las últimas palabras de Juan Pablo II fueron en polaco

El informe del Vaticano precisa que seis horas antes de su muerte, Juan Pablo dijo en polaco, “con una voz muy débil y con palabras murmuradas, ‘Déjame ir a la Casa del Padre’”.

El diario italiano La Repubblica citó a un sacerdote polaco, Jarek Cielecki, quien aseguró que el Papa murió “un instante” después de pronunciar con gran esfuerzo la palabra “amén”.

Escuchaba la oración de los fieles días antes de su muerte

Miles de fieles se reunieron para orar en voz alta y hacer vigilia en la Plaza de San Pedro en los días previos a su muerte.

El entonces Arzobispo de Cracovia y Secretario Personal de Juan Pablo II durante más de 40 años, Cardenal Stanislaw Dziwisz, aseguró que el Papa escuchaba las oraciones de la multitud.

Sumamente enfermo, Juan Pablo II dio una última bendición desde su ventana

Tras su fallido y conmovedor intento de dar la bendición Urbi et Orbi el último Domingo de Pascua de 2005, que arrancó los aplausos y el llanto de los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Juan Pablo II –que después de su segunda hospitalización sufría “déficit nutricional y marcada debilidad”– volvió a asomarse a la ventana de su habitación el miércoles 30 de marzo para dar la bendición.

Este nuevo intento tampoco tuvo éxito. Aquella comparecencia “fue la última estación pública de su doloroso Vía Crucis”, dice el documento vaticano.

“Concelebró” una Misa durante su agonía

El informe del Vaticano detalló que los ojos de Juan Pablo II estaban prácticamente cerrados durante una Misa celebrada al pie de su cama en la tarde del 31 de marzo de 2005.

“Pero en el momento de la consagración, débilmente levantó su mano derecha dos veces, es decir, cuando se eleva el pan y el vino. Hizo un gesto indicando que estaba tratando de golpear su pecho durante la recitación de la oración del Cordero de Dios”.

Ese día el hoy fallecido Cardenal Marian Jaworski, amigo íntimo de Juan Pablo II desde que eran jóvenes sacerdotes en Polonia, le administró el sacramento de la Unción de los Enfermos.

Por Staff

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *