Por: El Mazacote del Camichin

Nos volvemos a encontrar en esta que es la única columna que deja que sus letras le abran los ojos, luego de un breve receso es un gusto regresar a la vida a través de su lectura, pues de otro modo seguiría en el letargo que ofrece la soledad que provoca que nadie nos lea.

En la historia de nuestro cuento que se desarrolla en el rancho que aspiraba a ser pueblo, el personaje que camina con un remolino de reflexiones en su cabeza, todas le hacían imaginar diferentes escenarios para el año en que se tendrían que 5 boletas electorales, pensando en que deberá analizar muy bien cada propuesta y cada promesa de los personajes que anhelan el hueso, de esas que nunca se llegan a cumplir.

En su andar por las calles del rancho, vio gente que caminaba con lentitud y la mirada perdida, también personas que iban sonriendo con una fiesta en su interior y otros que iban con prisa como si quisieran escapar de algo o alcanzar un tren que tal vez ya había comenzado su marcha hacia Dios sabe dónde y entendió que así más o menos eran los partidos y la gente que los representa.

Tristeza que reflejan los que ahora se hacen llamar micro partidos que años atrás eran los más poderosos y ahora parecen haberse convertido en solo rémoras de los panuchos, que gobiernan de nuevo en los destinos del pueblo. Ese gran partido que presumía haber cimentado las bases del país que ahora quieren cambiar desde otra entidad política porque lo que había ya no funciona.

Los pocos que quedan en el PRI, se voltean a ver unos a otros, seguros de que al cruzar su mirada sus adeptos se van a reproducir como gremlins o como oxxos, depende de si los mojan o les dan de comer luego de la media noche, total que no les queda más allá del recuerdo de lo que un día fue y no supieron conservar al dejar de evolucionar y reinventarse. Neta, alguien que les diga que los grupos de voluntariado que lleva desayunos una vez al mes a alguna colonia popular ya no funciona, la gente come tres veces todos los días.

El dirigente del partido y su secretaría podrían ser los personajes de la última película de parque jurásico, con un chamaco queriendo educar y domar a un dinosaurio… En el imaginario se puede, pero se lo van a terminar tragando.

Los Panuchos azules por los hogos que les brotan de cada grieta y aunque algunos piensen que son como la penicilina que ayuda a curar enfermedades, cuando un pan tiene hongos ya no sirve para nutrir a nadie y hay que tirarlo. Sin embargo, cuando en un restaurante el pan se pone duro y están empezando a salir honguitos, se corta esa parte y el resto se usa para hacer budín, que esta riquísimo, pero no olvidemos que está hecho con lo que una vez era desperdicio.

Al final de lo que hay se gasta, y si no queda más pues habrá que elegir lo menos peor para seguir caminando, sin aguantar y levantando la voz para que en su momento se reclame y exija qué si ya llegaron a ruñir hueso, se dediquen en verdad a servir a la gente, pues no olvidemos que el pueblo es el patrón y no al revés, y es que algunos que llegan sienten que los de abajo les deben rendir pleitesía y se olvidan que es gracias a la gente, que ahora ellos se encuentran en donde están.

Por otro lado, nuestro personaje en su camino iba reflexionando que los morenos que son un grupo hoy por hoy mayoritario donde quiera que uno se pare, pero que no se han puesto a pensar que más allá de ser un partido de extrema izquierda radical y populista, también podría estar viviendo el primero de sus últimos días.

¿En que se basa nuestro personaje para creer tal blasfemia? ¿Cómo es que ha llegado a esa conclusión bizarra y tan fuera de la realidad en el ideario colectivo? ¿Qué clase de hierba se fumó para creer que MORENA tiene fecha de caducidad?

Tranquilos mis estimados lectores y le explico porque desde las alturas del camichin en que me encuentro puedo ver esa panorámica y llegar a esa reflexión que condena al más reciente movimiento nacional a su extinción y desaparición en no más de 7 años (Ande hasta con fecha y todo…)

Actualmente los simpatizantes, adherentes y militantes que pertenecen a este partido no son “morenistas”, sino “obradoristas”, es decir, fieles seguidores del actual presidente de México, que no se guían por un estatuto de la entidad política, más bien son fanáticos del Tlatoani de palacio nacional, con lealtad absoluta e incorruptible a lo que digan las sabias palabras que salgan de la boca del mesías de Macuspana.

Al tratarse de militantes que caminan ciegamente bajo las indicaciones del presidente Obrador, una vez que este deje el cargo en 15 meses, para irse directo a “la Chingada”, (no se enojen, así se llama su rancho), deberán buscar a alguien que sea una copia al carbón de sus ideas, pensamientos y que pueda dar seguimiento total, manejado por hilos que se encuentren atados a las manos del actual presidente, y sabemos cómo se llama esa corcholacra, ¿Verdad Cof, Cof, Claudia, Cof Cof?

Eso le dará al partido otros seis años de poder, disfrutando las mieles de gobernar al país. Sin embargo, para lograr continuidad que ellos tanto anhelan, tendrían que buscar a una nueva copia al carbón del actual AMLO, lo que se antoja por demás complicado, luego entonces, la militancia se quedará si un obrador a quien seguir y quedarán a la deriva, pues no habrá alguien que pueda suplir ni llenar los zapatos del ahora presidente.

Para muestra el botón que se llamaba PRD, cuyos militantes no eran precisamente seguidores de un partido, sino de una persona, pues incluso se hacían llamar cardenistas. Una vez que Cárdenas pierde toda su fuerza el partido comenzó a desintegrarse hasta convertirse en una rémora más como el PT o el Verde, solo que el PRD e lugar de seguir a la izquierda, optó por sumarse a los partidos de centro derecha, como el PRI y el PAN, pero condenado al riesgo de perder su registro y el famoso sol azteca se apagará, para dar paso a cualquier otro partido que se les ocurra a los políticos, que para eso si son re buenos

En fin… Este cuento sigue escribiendo páginas en su triste historia y aquí ando en las alturas pendiente para que no escapen detalles de lo que se vive cada día, por lo pronto nos leemos la próxima semana, con más de estos cuentos macabrones, les espero en el mismo espacio, con el mismo ánimo de siempre.

Yo soy el Mazacote del Camichín, informando desde las alturas, donde todo se mira más mejor.

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