Corría el 20 de julio, pero del del año 1923, cuando José Doroteo Arango Arámbula, conocido popularmente como Francisco Villa, o Pancho Villa, caudillo y uno de los jefes de la Revolución mexicana falleció.
Su rol militar en el movimiento armado resultó decisivo para la derrota del régimen del presidente Victoriano Huerta, generando uno de los cambios más importantes en la historia del México democrático.
De origen campesino, Pancho Villa cambió su nombre después de un altercado con el patrón de la estancia en la que trabajaba, en 1894. Fugitivo y vagando por las montañas, fue sorprendido por el estallido de la Revolución Mexicana de 1910.
Por entonces, se uniría a la causa de Francisco I. Madero, de quien heredó los ideales políticos y revolucionarios. Su fama se consagró después de la invasión a Estados Unidos.
Era un personaje cautivador por diferentes razones, desde sus batallas, su icónica figura, fue bandolero y contrabandista a favor de los que menos tenían, fue retratado como tirano, genio, mujeriego, con don de gentes, caudillo del pueblo, así como un líder brutal y tiránico.
Llamó tanto la atención que Holliwood se acercó a él para dar seguimiento a sus batallas, para llevar a través del cine, las noticias del momento, fue así como Mutual Film Corporation le propuso a Pancho Villa pagarle por filmar sus batallas. Se dice que el trato fue cerrado por la suma de $25,000 dólares y el 20% de las ganancias en taquilla, nada mal para una campaña militar con pocos recursos, conformada en mayor medida por campesinos.
De este trato se hicieron dos cintas, la primera que gira en torno a la batalla de Ojinaga titulada The Battle of Ojinaga y la segunda The Life of General Villa. El productor Frank Thayer fue también el encargado de que Villa firmara el contrato de las películas en las que el Centauro del norte se comprometió a mostrar “la realidad de la Revolución”.
Se dice también que Pancho Villa se comprometió a que sus batallas se disputarían de 9 de la mañana a las 5 de la tarde para favorecer la calidad de las tomas, y que cambió en varias ocasiones sus estrategias para fines artísticos de la película. También es conocida la anécdota sobre el traje de Villa; se dice que la productora le dio al general un uniforme para su aparición en la película ya que él no tenía mucho interés en esos menesteres, claro, hasta que llegaron las cámaras y se despertó el interés de Villa por lucir bien ante ellas.
Como gobernador de Chihuahua, impulsó sobresalientemente la educación pública. Tras el cese de la Revolución, sobrevivió a múltiples atentados, hasta que fue asesinado en la calle Gabino Barreda de la ciudad de Hidalgo del Parral.
Esa mañana, antes de subirse al vehículo, Villa exclamó: “Parral me gusta hasta pa’ morirme”.