Esta noche, hora del tiempo de Roma, Robert Prevost fue elegido como nuevo Papa de la Iglesia Católica y se llamará León XIV.

Fue quien consiguió dos tercios de las adhesiones entre los 133 electores en la Capilla Sixtina.

Sorpresa y algarabía entre la multitud que esperaba en la plaza en la segunda jornada de este cónclave, que se ha resuelto en cuatro votaciones: el nombre se conoció luego de casi una hora y media tras el humo blanco.

El cardenal protodiácono de la Logia Central de San Pedro el francés Dominique Mambert ha dicho este jueves tras la fumata blanca de las 18.00 y desde el balcón central de San Pedro: “Habemus Papam” y anunciado que el cardenal estadounidense con raíces peruanas sería el nuevo sumo pontífice.

Miles de curiosos, turistas emocionados por el acontecimiento. Otros se abrazan y aprietan con los dedos crucifijos y otros objetos religiosos al tiempo que se escuchan los acordes de la banda musical que atraviesa San Pedro y ven marchar la Guardia Suiza.

Fue un cónclave corto

La elección del pontífice de la Iglesia católica número 267, que comenzó el este miércoles 7 de mayo, ha culminado en una segunda jornada en la que había previstas cuatro rondas de sufragios. El humo blanco ha aparecido en la chimenea tras la votación número cuatro, como Benedicto XVI, que entró en la Capilla Sixtina como gran favorito, y fue elegido en la cuarta votación. Francisco lo consiguió a la quinta.

La particularidad de esta elección es que los cardenales pueden votar a cualquiera de los 133 presentes, incluso a sí mismos. Cada uno de ellos recibe una cartulina roja que sirve como apoyo y una blanca en la que escribe con letra legible el apellido de quien considera que debe ser el próximo Papa. Todos se colocan en una urna y se cuentan luego uno a uno. El escrutinio se apunta en unas planillas en las que figuran los nombres de todos.

La fumata blanca ha asomado por la chimenea instalada en el techo de la Capilla Sixtina por la combustión de las papeletas y un químico especial. Unos minutos después llega la confirmación sonora: tañen las campanas de San Pedro, y tras ellas las del resto de iglesias de la ciudad de Roma. Más tarde, una hora y media desde la fumata blanca, se anuncia quién es el nuevo Papa.

El cardenal debe aceptar el encargo de sus compañeros. Se le pregunta ¿Aceptas la elección? “Acceptasne electionem”. En caso afirmativo, dice qué nombre utilizará como Papa. Entonces pasa a la llamada Sala de las Lágrimas, la sacristía de la Capilla Sixtina. Allí se le viste con las ropas papales, que se prepara en tres tallas para encajar con la complexión del nuevo pontífice.

Robert Francis Prevost Martínez (Estados Unidos, 1955)

Fue elegido el pasado enero por el propio Francisco como nuevo prefecto de la «Congregación de Obispos» y era el encargado de seleccionar a los nuevos obispos. Nacido en Chicago, tiene orígenes franco italianos y también española, puesto que su madre tenía ascendencia con nuestro país. Fuentes conocedores destacan su currículum impecable y su visión internacional como puntos fuertes.

De su formación, se sabe que se licenció en Ciencias Matemáticas y también se especializó en Filosofía. Luego también estudió Teología en Chicago, donde obtuvo una mención en misión intercultural y a los 26 años se ordenó sacerdote y acabó, al poco tiempo, mudándose a Perú donde estuvo durante años haciendo de misionero con los agustinianos.

Por Staff

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *