El cubo espacial, que es del tamaño de un microondas, ha logrado desplegar su vasta vela para explorar una innovadora forma de viajar por el espacio utilizando la energía del Sol.

El Sistema Avanzado de Velas Solares Compuestas (ACS3) alcanzó un hito significativo el jueves a la 1:33 p.m. ET, cuando la NASA anunció el exitoso despliegue completo de su vela experimental.

Este sistema de propulsión revolucionario, que fue lanzado en abril, está diseñado para utilizar los fotones del Sol para generar empuje, un concepto que podría cambiar la forma en que se exploran y se estudian los espacios más lejanos del sistema solar.

La misión del ACS3 se centra en probar nuevos materiales y estructuras desplegables que podrían ser clave para futuras misiones espaciales; no obstante, el despliegue de la vela no estuvo exento de desafíos: pocos meses después del lanzamiento, el proceso de despliegue se detuvo cuando un monitor de energía a bordo detectó corrientes de motor superiores a las esperadas, lo que obligó a los equipos a interrumpir la operación para investigar y solucionar el problema.

Afortunadamente, el equipo de la NASA logró solucionar el problema y en un segundo intento, el ACS3 logró desplegar completamente su vela, que se extiende sobre un área de 80 metros cuadrados, equivalente a la mitad de una cancha de tenis. Este tamaño es esencial para que la vela pueda captar suficiente energía solar y generar el empuje necesario para maniobrar la nave en el espacio. La vela está situada en una órbita aproximadamente al doble de la altitud de la Estación Espacial Internacional (EEI), lo que permite evitar la mayor parte de la resistencia atmosférica y aprovechar al máximo la luz solar.

Con el despliegue completo de la vela, el ACS3 se encuentra en una posición ideal para ser visible desde la Tierra. La NASA ha equipado la nave con cuatro cámaras que han capturado imágenes panorámicas del proceso de despliegue. Estas imágenes serán publicadas el 4 de septiembre, ofreciendo a los entusiastas del espacio y al público en general una vista única de esta innovadora misión.

En las próximas semanas, los ingenieros de la NASA llevarán a cabo una serie de pruebas para evaluar las capacidades de maniobra del ACS3. Utilizando únicamente la presión de la luz solar sobre la vela, la nave realizará maniobras para elevar y bajar su órbita. La fase inicial del vuelo está programada para durar dos meses, durante los cuales se recopilarán datos cruciales sobre el desempeño del sistema de propulsión.

El ACS3 no solo está diseñado para probar la propulsión con velas solares, sino también para evaluar los nuevos materiales utilizados en su construcción. Los bomas compuestos que permiten el despliegue de la vela están fabricados con un material polimérico que combina ligereza con rigidez, resistiendo las variaciones de temperatura sin doblarse ni deformarse.

Estos bomas funcionan de manera similar a los de una vela de barco, pero en lugar de capturar el viento, capturan la energía de la luz solar.

El éxito de esta misión podría tener implicaciones significativas para futuras exploraciones espaciales. La NASA espera que esta nueva tecnología de propulsión, relativamente económica, permita a los investigadores acceder a una gama más amplia de destinos en el sistema solar. No obstante, las velas solares también presentan limitaciones, como la durabilidad de los materiales y los sistemas electrónicos de la nave.

A medida que el ACS3 continúa su misión, se observará de cerca el impacto de este novedoso sistema de propulsión en la forma en que exploramos y entendemos el espacio.

Por Staff

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