El módulo Viking 1 de la NASA, que fue enviado a Marte, mostró por primera vez a los seres humanos cómo se veía una puesta de Sol en Marte, en 1976.

Desde entonces, varios otros robots en el Planeta Rojo han enviado a la Tierra una variedad de vistas de amaneceres y atardeceres en Marte.

El Sol desaparece bajo del horizonte en esta asombrosa vista panorámica captada en 2005 por el robot explorador de Marte Spirit, que se ubicaba al interior del crater Gusev.

Marte se conoce como el Planeta Rojo por el óxido de hierro (similar a la herrumbre) que contiene su suelo. El distintivo tono rojizo del planeta resulta visible desde la Tierra incluso sin la ayuda de un telescopio. Los antiguos romanos lo llamaron así por su Dios de la Guerra (Ares en la mitología griega).

Pero, ¿y el ocaso azul?
Al igual que los colores se tornan más intensos en los atardeceres de la Tierra, los atardeceres marcianos vistos desde el Planeta Rojo parecerían azulados para los observadores humanos. El fino polvo hace que el azul en la parte del cielo que está cerca del Sol sea mucho más prominente, mientras que la luz diurna normal hace que el color del polvo oxidado tan conocido del Planeta Rojo sea más prominente.

Así se ve un atardecer en sueño marciano. Video de la NASA.

Las imágenes del atardecer y el ocaso marciano ayudan a los científicos a determinar hasta cuán alto en la atmósfera se extiende el polvo marciano y les permiten buscar polvo o nubes de hielo.

Otras imágenes han mostrado que el brillo del ocaso permanece visible, aunque cada vez se torna más tenue, por hasta dos horas antes del amanecer o después del atardecer. El largo ocaso marciano (comparado con el de la Tierra) se origina por la luz del Sol que el abundante polvo a elevada altitud dispersa hacia el lado nocturno del planeta.

Algunas veces, ocurren ocasos similarmente largos o amaneceres y atardeceres extra coloridos en la Tierra cuando diminutos granos de polvo que son expulsados de poderosos volcanes dispersan la luz en lo alto de la atmósfera.

Por Staff

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